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lunes, 25 de abril de 2011

Especial del dia del libro: El último ángel

“La paz, el amor, la amistad… son las cosas más importantes en este mundo lleno de amargura y dolor. Por eso has sido enviada para protegerlas…”
Abrí los ojos y pude contemplar un cielo azul y hierba fresca y verde.
No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente en aquél lugar.
No me di mucha prisa en incorporarme. Me levanté despacio, y noté un terrible dolor en el pecho.
Mi ropa estaba cubierta de sangre, y estaba sentada en un charco de sangre, sin embargo, parecía que había pasado mucho tiempo desde que perdí el conocimiento.
Estaba rodeada de plantas y arbustos, también de tierra y algunos insectos.
Me levanté despacio por la gravedad de mis heridas. Sacudí el polvo de mi ropa desgastada y desgarrada.
No tardé mucho en darme cuenta de que llevaba ahí 100 años dormitando, sin darme cuenta de que la vida iba pasando rápidamente.
Comencé a caminar, adentrándome aún más en un bosque oscuro y tenebroso.
Cuando salí de él, la luz del sol me cegó los ojos por unos instantes, y cuando me acostumbré a sus rayos, penetrantes y resplandecientes, pude contemplar a lo lejos un profundo océano de aguas cristalinas y arena fina.
Continué caminando alrededor de la playa.
Las olas que chocaban contra las rocas, producían un sonido, un susurro, una lengua extraña que solo yo podía comprender.
Miré hacia el horizonte, sin saber qué rumbo iba a seguir.
Hundida en mis pensamientos decidí continuar hasta la aldea más próxima, y curarme de mis heridas allí.
Cuando la noche se adueñó de la playa, no encontré ninguna aldea. Me parecía extraño no encontrar una a estas horas, ya que había caminado mucho.
Agotada, me conformé con un enorme árbol que se situaba detrás de mí, y me acurruqué, hasta que caí en un sueño profundo, que me hizo recordar los sucesos que sucedieron cuando quedé inconsciente.
“Un espíritu maligno intentaba despedazarme con su espada. Reconozco que era un rival bastante difícil de matar. Desenvainé mi espada y repetí estas palabras: ¡YOJURA MUMORU!...”

domingo, 24 de abril de 2011

Capitulo 3:El comienzo del viaje

Habían pasado 2 semanas desde que Yui me dijo los secretos que guardaba mi familia. Así era. Mis padres, formaban parte de un escuadrón de guerreros hanyous, que en mi idioma significaba guerrero de la luz.
Yui me contó además que este escuadrón, lucho hace mucho tiempo contra un hombre llamado Rasek. Él era el guardián de la puerta que conectaba con el mundo de la luz, la oscuridad y la Tierra, pero fue engañado por demonio, perdiendo el control sobre sí mismo y causando muerte y sufrimiento a ambos mundos de la luz y la oscuridad, sin embargo no pudo cruzar a la Tierra. Cuando intentó cruzar, el escuadrón de los guerreros hanyous intentaron detenerle, Rasek casi cruzó el umbral, pero mis padres, los dos sobrevivientes de la batalla, lucharon contra él hasta perder la vida; ellos sabían que no saldrían con vida, así que antes de partir, sellaron mis poderes y el rastro de cualquier indicio que le hubiera hecho creer a Rasek que yo existía.
Mis poderes alcanzan una fuerza más grande que el mismo Rasek, él mismo lo sabía, 3 años después de la muerte de mis padres apareció Yui, una extraña criatura con la única misión de adiestrarme y protegerme.
                                                                                Descripción: C:\Users\Lucia\Downloads\images (9).jpg
Yui llevaba un buen rato esperándome en la dimensión Nash Bull (era como una especie de sala de entrenamientos que no tenía fin), la verdad es que me daba mucho llullu entrar a ese lugar, podían aparecer todo tipo de seres, desde sirenas hasta los más feroces dragones, claro que dependía del grado en el que estabas.
Todos los días por la tarde iba a entrenar, pero siempre llegaba tarde.
Yui no podía esperar más y se tele transportó hasta mi habitación.
-¡¡AHHHH!!- grité asustada.
-¡VENGA RUCHIA, HOY TIENES EL EXAMEN FINAL Y VAS A CRUZAR LA PUERTA DORADA QUIERAS O NO!- dijo Yui llena de rabia.
Ella sabía que no me gustaba nada esa puerta, pero hoy tenía el examen y debíamos viajar más allá de la dimensión Nash Bull, debíamos ir al reino de la luz, al Luminox.
Sí, por primera vez vería con mis propios ojos el reino del que provenía Yui.

domingo, 17 de abril de 2011

Capitulo 2: Secretos del pasado

A la mañana siguiente, un rayo de sol traspasó la ventana, reflejándose en mi rostro.
-¿Habrá sido un sueño?- pensé.
Me levanté con desgana de la cama, reflexionando. Me lavé la cara, molesta por lo fría que estaba el agua, saqué del armario mi uniforma, sin muchas ganas de ponérmelo. No tenía ganas de irme de allí, pero sabía que no podía quedarme sin hacer nada, tenía que averiguar que estaba pasando.
Bajé las escaleras en dirección a la cocina y me preparé un desayuno.
-Parece mentira que antes está casa calentase a los que vivían en ella en invierno. El agua y la comida tampoco escaseaban, pero esos buenos tiempos han terminado- le dije a la taza que tenía en frente. Hacía ya tiempo que le hablaba a las cosas, ya que vivía sola.
Cuando terminé de desayunar, cogí mi abrigo y un euro de una vieja caja de porcelana, y salía la oscura y silenciosa calle.
En invierno, a las 8:00 de la mañana, siempre estaba oscura. El frío hacía que fuera sombría, cubierta por la niebla.
Nunca me acerqué al final de esa profunda calle, algunas veces sentía curiosidad por averiguar que había al otro lado de la niebla.
Esa mañana, sentí una curiosidad que sobrepasaba mis límites, así que me adentré entre la niebla. M e daba escalofríos aquella oscuridad, pero seguí avanzando. Me detuve un momento a pensar en lo que estaba haciendo, y en el miedo que sentía en aquél lugar. Había un aura distinta.
Jugueteé con el vapor que producía mi respiración por el frío, y seguí avanzando. De repente, finalmente acabé enfrente de una vieja pared, llena de moho y suciedad, aunque lo que más me sorprendió fue la sangre que había en el suelo. Sentí que se me helaba la sangre y tragué saliva.
En medio de la pared, había una extraña puerta de madera color dorada. En ella había escritos unos dibujos, que debí suponer que eran palabras en otro idioma. Aunque la madrea estuviera malgastada por los años, el pomo permanecía intacto, como si alguien lo usase diariamente. Alargué mi brazo para abrirla, pero por un segundo dudé y salí corriendo.
-Que estupidez- pensé.
Llegué hasta la parada del autobús, saqué el euro que tenía en el bolsillo, se lo entregué al conductor casi sin aliento.
Cuando llegué al colegio, de entre la niebla apareció Yui.
Se me acercó y me dijo: -Hola, ¿cómo te encuentras esta mañana?
-No ha sido un sueño- me dije a mi misma.
-As intentado abrir la puerta ¿verdad?- me dijo Yui.
Me quedé de piedra: - ¿cómo lo habrá sabido?- pensé.
-Pero aún no estas preparada, así que no te acerques. No te gustará lo que hay tras esa puerta, pero cuando finalmente estés reparada, tendrás que pasar y enfrentarte a los peligros que aguarda tras ella.-
No comprendí nada de lo que dijo, y le pregunté inquieta: -No entiendo nada Yui, explícame que está pasando por favor-
Ella no respondió y se alejó corriendo.
Estuve toda la tarde pensando en la puerta dorada y en las palabra de Yui: “Aún no estas preparada, pero cuando lo estés, tendrás que en enfrentarte a los peligros que hay tras ella.”
Las horas fueron pasando, y llegó el momento de regresar a casa después de un duro día de estudios, sin embargo, sentía curiosidad por saber quién era Yui, así que me acerqué a mi compañeros y les pregunté si sabían quién era. Me decepcionaron mucho sus respuestas: “No sé de quién me hablas, no conozco a ninguna Yui, puede que te la hayas imaginado.”
Al salir me dirigí hacia la puerta. Yui me esperaba impaciente, con el  ceño fruncido.
-¿Dónde estabas?- me preguntó.
No le respondí, estaba pensando en otras cosas más importantes, y como si no hubiera oído su pregunta le dije: -¿Quién eres? ¿Por qué me atormentas con cosas que no tienen sentido?- l volví a preguntar por si no había oído bien mi pregunta: -¿Quién eres?-
Yui me miró con tristeza, aunque parecía tranquila y serena, luego me dijo: -Yo soy Yui Necha, protectora de la guerrera hanyou, y estoy en la Tierra para adiestrarla y que algún día pueda pasar al rango que le corresponde en el reino Lumox, en el imperio de la luz.-
-Y, ¿quién soy yo?- le pregunté.
Yui me dirigió una sonrisa burlona y me dijo: -Tú, eres Ruchia Luminox, guerrera hanyou del reino Lumox, nacida en la línea que conecta nuestro mundo con el otro.-
Yo no podía creerme lo que me estaba diciendo. Estaba asustada de tan solo pensar que era cierto lo que Yui decía.
Yui dijo, que eran recuerdos del pasado.

sábado, 16 de abril de 2011

Capítulo 1: Yui

“Afuera hacía frío, y parecía que era el día más indicado para morir así que me puse a pensar, antes de recibir el último ataque de mi contrincante…”
-Hola, me llamo Ruchia- dije al llegar a mi nueva clase.
La verdad es que nadie parecía hacerme mucho caso, pero no perdía nada presentándome.
Estuve toda la tarde intentando hablar con alguien, pro nada, parecía que no era un buen día.
Cuando terminó el colegio, subí una pequeña cuesta que daba a una parada de autobús. Cuando llegué, me encontré un extraño objeto que brillaba en el suelo, así que me agaché a recogerlo, pero de repente, oí la voz de una chica gritarme y decirme-¡¡¡NOOOO!!! No lo cojas, por favor.-
Era alta, de pelo largo y rubio, amarrado con dos coletas que casi tocaban el suelo, unos ojos enormes y azules, y de piel muy blanca, al contario que yo, que era de estatura media, morena de pelo largo y ojos negros, no me parecía una persona normal, supuse que viviría sola, como yo.
Miró el extraño objeto que iba recoger, y me lo quitó de las manos. Luego dijo- Perdona que te haya tratado así, es que este talismán es lo único que tengo de mis padres. Me llamo Yui, que en japonés quiere decir “lazo”. ¿Y cómo te llamas tú?- yo no sabía si decírselo o no, puesto que era una extraña para mí, así que hubo un rato de silencio, mirándonos una a la otra.
-Ruchia- dije por fín-me llamo Ruchia-
Yui me sonrió, y me dijo- Muy bien, Ruchia, dime ¿vas al instituto de ahí abajo verdad?-
-Sí- respondí.
Cuando llegó el autobús, Yui me acompañó hasta mi casa. Estuvimos todo el viaje hablando.
Llegamos hasta la entrada de mi casa, y nos despedimos, pero antes de que entrara, Yui se dio la vuelta, y me dijo: - Buena suerte guerrera hanyou- y se marchó.
Me sorprendió mucho lo que me había llamado, “guerrera hanyou”.
-¿Qué significaría?- pensé.

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