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martes, 6 de agosto de 2013

SENTIMIENTOS QUE PERDURAN

Había maldecido y me habían maldecido. Había asesinado y pronto yo sería asesinada.
No  deseaba la muerte, pero tampoco la vida.
Había perdido en ese juego de azar llamado vida, y no podía volver a empezar.
Lo había perdido todo...
Aquellos pensamientos ocupaban mi mente y me hacían sufrir hasta tal punto que explotaba con un gemido precedido de un llanto largo y silencioso.
No podía levantarme por la gravedad de mis heridas, pero tampoco tenía deseos de hacerlo, ya que había aceptado mi derrota y castigo.
No esperaba que nadie acudiera a rescatarme de aquel edificio en el que me encontraba en cerrada, pero aún así, conservaba una leve esperanza que me mantenía inquieta y alerta.
La puerta, grande y oxidada, que se encontraba frente a mi a pocos pasos de mi posición chirrió rompiendo el gran silencio perturbador que acompañaba al edificio, y se abrió de golpe.
Un soldado me esperaba al otro lado con los ojos fijos en mí, con una mirada tan penetrante y perturbadora que me planteaba a pensar que podía escarbar cualquier recóndito lugar de mis pensamientos.
Sin ofrecer resistencia me levanté levemente, caminé hasta el borde de la puerta de mi celda junto al soldado.
Caminamos por un largo pasillo; bajamos por las escaleras hasta llegar a la puerta que daba al exterior.
Oí voces y gemidos gritando mi nombre a pleno pulmón.
Dirigí mi mirada hacia una pila de madera y paja que había reunido toda la comitiva para mí.
Una estaca en su centro me hizo llegar a la conclusión de que me quemarían viva, frente a todos, para que pudieran presenciar mi sufrimiento y mi dolor.
El soldado me agarró bruscamente del brazo y tiró de mi, conduciéndome frente a una tribuna donde seguramente darían una gran charla a toda la comitiva, pero no mostraron mayor preocupación a mi presencia ante ellos.
El soldado me llevo hacia la pila y ayudado de otro hombre me ataron manos y piernas a la estaca entre los dos.
Uno de los hombres que se encontraban en la tribuno hizo un leve gesto con la mano para guardar silencio y toda la comitiva se inmutó. Comenzó a hablar en una lengua extraña que resonaba por todo el terreno, como una voz clara y potente, orgullosa y segura de sus palabras. Y cerré los ojos.
En aquel momento, me vino a la mente mi recuerdo más hermoso, el que conservaba como un tesoro en mi corazón y en mi pensamiento.
Era el día en el que le conocí a él.
Era un día despejado de primavera. Me dirigía a caballo al castillo del Norte para una audiencia con el rey.
Me detuve para beber agua de un riachuelo y aprovechar la sombre de un árbol para descansar de mi viaje, cuando le vi.
Un hombre de rostro joven y apuesto. Cabello corto color castaño rojizo.
Se encontraba tumbado en el césped, con la espalda apoyada en un árbol.
Me dirigí hacia él silenciosamente.
Al llegar hasta él abrió los ojos poco a poco.
Me miró de una forma que me hizo sonrojarme. Hizo dar un vuelco a mi corazón y me dirigió una cálida sonrisa.
Desde entonces, todos los días nos encontrábamos en el riachuelo, y un buen día me pidió en matrimonio.
Años después di a luz a una niña de piel rosada y hermosa cabellera dorada.
Pero eso ahora poco importa. Los perdí a ambos en la guerra, hace ya tiempo atrás.
Me desperté por el calor y el ardor de las quemaduras que producían el fuego en mi piel al rozarme.
Y poco a poco fui fundiéndome con el viento y la tierra.
Mi vida fue corta, pero fue hermosa y dichosa.
Fui muy feliz.

lunes, 25 de febrero de 2013

RECUERDOS CONTADOS


Cuando era niña, mi vida estaba formada por un montón de sucesos, recuerdos y acciones que no lograba comprender. Muchos sucedieron en el pasado, mucho antes de que existiera.
Poco a poco, a lo largo de mi vida, mi cuerpo y mi mente fueron sufriendo cambios, algunos drásticos y otros leves. A lo largo de este período fui aprendiendo a vivir de una manera distinta, a comportarme de una manera distinta, a hallar soluciones a preguntas que se me planteaban a lo largo del tiempo y a olvidarme de los errores cometidos en el pasado.
Y los recuerdos que conservo son parte de mi vida.
El primer recuerdo que conservo aún en la memoria, es el de una pequeña niñita de ojos color caramelo, y pelo corto color miel. Era mi propia imagen a la edad de 3 años.
Me encontraba en el cuarto que podría haber sido para mi hermano/a, si lo/a hubiera tenido; sin embargo, ese deseo nunca se llegó a realizar.
En aquella época, la habitación me parecía una fortaleza. Había extendida una moqueta, por todo el suelo, de colorines y números organizados por cuadrados. Adoraba esa moqueta. Para mí fue como mi primer profesor.
Yo me había enganchado por la música de Mecano, gracias a mi madre, que todas las mañanas y tardes ponía el disco en el reproductor de aquel coche Ford granate, y juntas cantábamos mi canción favorita “No me mires, no me mires, no me mires. ¡Déjalo ya!...” entonces miraba a mi madre y le decía “¡Haz bailar el coche, haz bailar el coche!” y mi madre en medio de la carretera, movía el volante al son de la música. Entonces era divertido, pero os aseguro que en la actualidad, mi madre aun hace bailar el coche para mí y le digo “Mamá, ¿qué estás haciendo? ¿No ves que podemos estampillarnos?” y mi madre suelta una carcajada pero se detiene. No sé cómo pude permitir semejante locura y no tener miedo a morir en un accidente. Supongo que era porque era muy pequeña y me encantaba divertirme.
Recuerdo que tarareaba aquella canción de Mecano, mientras a ritmo del compás, saltaba de número en número intentando adivinar en que número habían caído mis pies.
Era mi mayor entretenimiento.
El segundo recuerdo más importante que conservo es el de mi adolescencia.
Por aquél entonces tenía trece años y me encontraba en el verano de 2011.
Mi madre, unos 6 meses atrás me dijo “Voy a dejarte volar pollito mío” y yo ese día no estaba para bromas, puesto que tenía que dar un examen de matemáticas sumamente importante, ya que las mates nunca se me habían dado bien. Un poco molesta, pregunté con tono seco y en idioma adolescente “¿Qué hablas? ¿Qué parlas? ¿What you say? Y otra cosa, ¿tengo pinta de pollo? ¿Tan gorda estoy? desde luego, lo que sé es que amarilla precisamente no soy, ¿o es que eres daltónica? será eso. ¡Oh my gosh! Johnny,

 la gente está muy loca” mi madre, harta de no entender ni una palabra de lo que le estaba diciendo me explicó “Que vas viajar por primera vez a Perú sola. Como siempre nos lo estabas pidiendo, hemos decidido tu padre y yo, que ya eres mayorcita para ir sola” yo no podía ni creérmelo, y estuve los siguientes seis meses planificando cosas que hacer cuando llegara, qué ropa llevaría…
Y, el verano de 2011, viajé hasta Perú sola, claro que allí se encontraba la familia de mi madre y no tenía de qué preocuparme.
La verdad es que aquél viaje me cambió por completo. Volví más adulta y más segura de mí misma. Mis padres se sorprendieron por el cambio al igual que mis amigos. Nunca lo olvidaré.
El tercer recuerdo que tengo es el de mi juventud veinteañera.
Tenía veintidós años. Estudiaba en el conservatorio para ser una gran cantante y sentía que el mundo estaba a mis pies.
Yo me consideraba friki y pacifista, aunque también estaba en contra de beber alcohol en exceso y fumar demasiados porros que no sentaran bien a la salud. Me llamaba a mí misma SUPER-SOBRIA “LA SALVADORA DE LOS EBRIOS INCOMPETENTES” y la verdad es que salvé varias vidas que estuvieron a punto de perderse por el Vodka de caramelo y María en cachimba. Por desgracia, mis amigos eran todos así, siempre bebiendo y fumando, pero los quería demasiado y consentía sus tonterías.
Una noche de verano, fuimos a la discoteca más famosa de Madrid: “El Joy Eslava para mayores de 18 años”.
Recuerdo que la primera vez que fuimos a aquella discoteca fue cuando cumplimos la mayoría de edad. Lo celebramos a lo grande y con los nervios de punta por ser adultas recientes.
La hora acordada era sobre las 19:30, aunque siempre pasaba lo mismo y teníamos que esperar a algunos impuntuales.
Yo salía del conservatorio a las 15:00, lo cual me daba tiempo de sobra para prepararme, aunque en aquella ocasión tardé mucho más de lo habitual. Unas amigas me habían comentado días atrás, que el chico del cual estaba enamorada me iba a pedir salir aquella noche, así que elegí la ropa más cara y bonita que tenía en el armario. Un vestido bien pegado que me llegaba por encima de las rodillas color rojo vivo y unos tacones negros que iban a juego con la torera que llevaba. Me maquillé y me eché el perfume especial, para ocasiones especiales, que me había regalado mi madre (y la verdad es que me unté literalmente en el perfume, quería ir perfecta).
Salí corriendo de casa, ya que llegaba 5 minutos tarde. Y cuando llegué a la parada del metro todos me  estaban esperando. Los chicos fumándose un cigarro y las chicas mirándose obsesionadamente en un espejito color crema que traían todas en el bolso (la verdad es que no entendí porque todas tenían el mismo espejo).
Llegamos a la discoteca sobre las 20:30 y no salimos de ahí hasta después de unas cuantas horas.
A las cinco de la mañana salimos todos de un pequeño karaoke, al que habíamos ido después de que todas las chicas propusieran que cantara.
La mayoría iban totalmente borrachos y nos sentamos en la parada del metro de sol, en fila, todos mirando al frente.
Un hombre bastante mayor que nosotros se me acercó y me pidió permiso para hablar en privado conmigo.
Comenzó a hablarme de una vida llena de fama, aunque yo aún no comprendía muy bien porque me hablaba de ello, fui llegando a la conclusión.
Cuando terminó de hablarme me dijo “Te oí cantar en el karaoke que hay ahí enfrente, y la verdad es que tienes mucho talento y me gustaría presentarte a algunos representantes de Von y Music. Claro está, que tendrías que realizar una maqueta y traerla preparada para dentro de 2 meses.”
Yo quedé totalmente atónita, de piedra y sin habla. Y el hombre, que veía que mi nerviosismo iba aumentando por momentos hasta tal punto que podría dar un traspiés, sacó una tarjeta del bolsillo derecho de su camisa y subrayó un número de teléfono con un bolígrafo, y me dijo “Llámame.”
Así fue como mi vida como cantante comenzó.
Se podría decir que tuve suerte de que aquel cazatalentos estuviera en el karaoke. Pero no creo en la suerte, sino en las coincidencias.
El cuarto recuerdo es de cuando tenía unos treinta años, cuando conocí al hombre de mi vida.
Recuerdo muy bien que era un miércoles por la mañana en el estudio de grabación donde trabajaba.
Hacía bastante calor, así que salí para comprarme un refresco en la máquina expendedora que se encontraba fuera del estudio.
Cuando me disponía volver de regreso, un hombre alto y de ojos amables me esperaba en la puerta “No me marcharé sin tener al menos su nombre y una entrevista suya” me dijo. Creía que se trataba de uno de esos reporteros que sentían que eran superiores y los amos del lugar solamente por haber hablado con gente famosa. Odiaba a esa clase de hombres, así que por ese motivo fue que le ignoré, pasé de largo delante de él sin pronunciar una sola palabra.
A la mañana siguiente volví a encontrármelo pero esta vez no me dirigió la palabra. Esto sucedió durante días. El de pie, en la entrada al estudio sin decirme nada.
Después de dos semanas, sentí que me había comportado muy mal con él, así que al día siguiente le dije “Hace bastante calor. ¿No quieres pasar y que te dé un poco de aire acondicionado?”
El no dijo nada, pero me dirigió una sonrisa reconfortante.
“¿Quieres tomar un refresco o algo?” continué preguntando.
“Parece que te he conseguido convencer de que soy de fiar” me dijo “Si, un café no estaría mal”.
Hablamos tanto en aquella entrevista que surgió química entre nosotros, y desde entonces hemos estado juntos.
Puede que para muchos, unos simples recuerdos que conservan en la memoria son simples motas de polvo que desearían quitarse de la cabeza; pero, para mí son el tesoro más valioso que tengo. Gracias a ellos, aunque tenga ya cuarenta y cinco años, puedo demostrar que por mucho que pase el tiempo aún soy una niña.
Nunca te avergüences de lo que eres y ni de tus pensamientos o ideales, porque eso es lo que hace que seas quien eres. Y tus recuerdos solo son una pequeña historia en tu cabeza de cómo lograste convertirte en quien eres ahora.
Levanta cabeza, ponte erguido, llena de aire tus pulmones y deja salir de cuando en cuando a ese niño que hay en ti.

domingo, 3 de junio de 2012

Buenas chic@s, cómo estais?? Escribo esta entrada para comunicar una noticia importante para los padres, alumnos y ciudadanos de Boadilla del Monte.
Quieren privatizar la Escuela de Música, Luigi Bocherini y esto es algo que no podemos permitir, ya que se le está quitando importancia a la educación cultural de los alumnos de dicha escuela, ya que si permiten que se privatice, bajara el nivel educativo y solo le darán importancia al dinero que saquen de la escuela.
Esto para mí y para algunos ciudadanos es una tragedia muy grande.
Así que os pido por favor que difundáis este blog a todos los que podáis para que se nos haga oír.


Muchas gracias y...DIFUNDIDLO!!

domingo, 20 de mayo de 2012

El ser especial


Una mujer llace postrada sobre una cama de finas mantas y cómodas colchas y almohadas, devatiéndose entre la vida y la muerte. Su respiración es entrecortada y el pulso de su corazón va mas acelerado de lo normal. La pobre mujer que años atras era hermosa y de familia honrada, se hallaba ahora postrada sufriendo y jimiendo, pidiendo a sus dioses piedad de su vida.
Sudaba hasta que caían gotas de su rostro y apretaba fuertemente con sus manos las mantas que la cubrían.
Sufriendo por el dolor, gritó un jemido desgarrador que se pudo oir por toda la estancia, y en ese momento, el llanto de un bebé recién nacido calló el jemido de la mujer.
Fuera de la estancia donde se encontraba la mujer, había un pequeño patio que daba a un pasillo por el que llegabas a otras estancias o la cocina.
Las personas que se encontraban en la casa se levantaron inmediatamente con rostro pálido y serio.
Corrieron a toda prisa por el pasillo hasta que llegaron al patio. Se detuvieron  unos instantes con cara pensativa y a la vez aterradora.


El llanto del bebé seguía olléndose por toda la casa.
La mujer que se encontraba postrada sobre la cama, había muerto minutos depues de que diera a luz.


Las personas del patio se decidieron a entrar y desacerse del bebé y del cadáver de la mujer. Entraron cautelosamente a la estancia sin hacer mucho ruido con el crujir de la madera del suelo, se aproximaron al cadáver, y una de las personas se apartó del resto para contemplar al bebé que lloraba y lloraba a berridos. Le retiró las sábanas de la cama y palideció de horror. Su rostro se había vuelto blanco del miedo y terror que sentía, Recojió unas que se encontraban encima de una pequeña estantería de madera, y con repulsión, cortó el cordón umbilical que unía a la madre con el bebé. Lo recojió con desgana y asco en su rostro, lo embolvió en un trapo viejo que encontró tirado en el suelo y se lo mostró al resto del grupo. Ellos lo miraron fijamente y se horrorizaron.
-Deves hacerlo tu- dijo una mujer del grupo.
-Si, es verdad, nosotros no podemos hacerlo, no somos capaces- dijo otro.
-Ese bebé es un ser sobrenatural que merece ser despreciado y odiado por todo ser vivo que habita en este mundo.-dijo la mujer.
-Esta bien- dijo con desgana el hombre que sujetaba el bebé.
Les hizo una reverencia a sus camaradas, y salió a paso ligero de la estancia, cruzó el patio y el pasillo hasta que salió al exterior por la puerta principal.
No sabía qué debía hacer, si matarlo o abandonarlo a su suerte en medio del camino. Sin duda sus demás camaradas lo habrían matado sin importar nada, pero el era distinto y no era capaz de cometer tal atrocidad, a sí que caminó hasta la casa más cercana que encontró, dejó al bebé en el frío suelo de piedra de la entrada con una nota, llamó al timbre, y salió corriendo de allí, asegurándose que le acojerían bien en aquél lugar.
Pero quién habría suponido, que ese bebé sería el ser más poderoso del mundo...




miércoles, 2 de mayo de 2012

INDELM

En el año 9999, una bomba surgió de la nada permanente, y cubrió todo el oscuro espacio exterior. 
La gente decía que ocurriría dentro de millones de años; pero, esas teorías fueron expuestas hace millones de años, cuando la vida comenzaba a asomarse y a florecer.
La vida prosiguió. La gente continuó haciendo lo que siempre habían hecho durante muchos años, sin ni siquiera percatarse del mal de sus actos. Esas teorías se iban acercando a la fecha prevista. Aún así, la gente no quería creer. No querían abrir los ojos y observar lo que se les acercaba delante de ellos, preferían seguir estando ciegos.
En el año 4000, existían tantos mundos, que comenzaron a descontrolarse por momentos. Planetas vecinos se destruían entre ellos, galaxias enteras se alzaban contra las estrellas y las apagaban, como velas contra el soplo del viento. 
Cuando todo este descontrol hirió a todos, 6 estrellas de color rojo tomaron formas extrañas. 
La primera recogió una gota de agua del profundo mar, la tragó, y una mujer transparente y clara como la misma gota surgió de la mezcla. La segunda, cortó una rama y con ella se dio forma de un hombre mayor, de pelo miel y ojos sin vida. La tercera, dirigió su mirada a los planetas donde una extraña fuerza resoplaba con fuerza todo ese mundo, la brisa sopló suavemente hasta llegar a ella, y cuando esta la notó, una mujer esbelta y con dos cuernos en la frente nació. La cuarta, decidió no abusar de los demás planetas como sus demás hermanas, y una nube de polvo la envolvió convirtiéndola en una llama con forma de hombre. Las dos últimas, admiraban al Sol por dar luz a la Tierra, y a la Luna por dar oscuridad para descansar, por lo tanto, las dos se convirtieron en un hombre y una mujer, blanca y negro de la cabeza a los pies. 
Así pues, estos 6 elementos gobernaron en el espacio durante milenios; pero, hasta los dioses más perfectos tienen su fin. Los humanos abusaron de su confianza, y los destrulleron a los 6, cada unos por separado.
Cuando el último de ellos conservaba su último aliento, les dijo: "Nada puede permanecer sin cambiar en este mundo que hemos creado; por eso, algún día dejaréis de ignorar aquello que tenéis delante de vosotros, reconoceréis quienes sois..."

Han pasado mas de 500 años desde aquél entonces, y los hombres seguimos asustados por lo que dijo aquél entonces. ¿Realmente estamos condenados a morir? y, si es así ¿podrá alguien detener esta condena que llevamos sobre los hombros?

sábado, 27 de agosto de 2011

Pequeño relato

Bueno, comencemos este relato como una historia cualquiera de amor y aventuras...

Despues de mucho tiempo atras, Satsuna había regresado a su hogar; pero, al llegar se llevo una sorpresa inesperada que la hizo arrodillarse sobre él fétil suelo de hierva pura y tierra blanda.
Satsuna, cayó al borde de la desesperación en sus pensamientos y sentimientos más profundos, y al pensar por un segundo que todo estaba perdido, gimió de espanto y de dolor, y unos instantes después sintió un ligero cosquilleo corriendo por su mejilla; estaba llorando, aunque era la primera vez qu7e lo hacía, sabía muy bien que el llanto.
Unos minutos después se levantó del suelo con las rodillas manchadas de barro y el vestido color negro por la suciedad. Se acercó a la cabaña destruida y quemada que, hace mucho tiempo atrás fue un hogar cálido y lleno de alegría. Entró por un agujero en la pared, y se dirigió a la sala, que era, sin duda, su lugar preferido junto al cálido fuego en invierno donde se perdía en sus pensamientos y los grandes y gruesos libros que le regalaba su abuelo en verano.
Cuando llegó a la sala, era tal como la recordaba, el suelo de mármol y la pared blanca como la nieve, un sofá color marrón en medio y una chimenea en frente, aún por la suciedad que había echo que la pared fuero gris oscura y el sofá con arañazos, supuso de algo puntiagudo y afilado, todo seguía en su sitio.
Perdida en sus recuerdos de infancia, recordó lo más importante y preciado para ella; su mejor amigo, que años atrás, a la edad de 18 años, declaró a Satsuna su amor por ella con un simple y tierno beso en los labios detras de su casa, que la confundió y asustó al no saber, qué clase de sensación y sentimiento era a lo que se enfrentaba y huyó lejos de allí sin decir nada a nadie.
Inmediatamente, salió corriendo de la sala, y salió por el agujero de la pared hacía la casa de su joven amigo, pero cuando llegó estaba deshabitada. Entró a la cocina, pero no vió a nadie, solo la sangre seca de alguién que habitaba en la casa, desparramada por el suelo, y Satsuna, sollozó y gimió del horror y el espanto, y pensó: "¿Qué habrá pasado? ¿Y, dónde están todos mis seres queridos, a los que tan horriblemente abandoné?"

lunes, 23 de mayo de 2011

Capitulo 5: Un nuevo acompañante


Yui seguía mirando a su alrededor, intentando encontrar algo entre la oscuridad, pero no encontró nada.
Re continuamos nuestro camino; de repente, un chico alto, moreno y desgarbado se paró en medio de nuestro camino. Yui no se dio cuenta inmediatamente, pero cuando lo hizo, ya se encontraba delante de él.
-¿Quién eres?- pregunté con curiosidad.
-Me llamo Naite, ¿tú eres Ruchia, la última guerrera hanyou del reino de la luz?-
-Si- respondí sin remordimientos.
- ¡He sido enviado para acompañaros a ti y a tu hatten.-
-“¿Hatten?”- pregunté desconcertada.
Yui, inmediatamente le hizo un movimiento de guardar silencio a Naite; sin embargo, el rostro de Naite se veía preocupado y a la vez enfadado.
-¿Todavía no le has dicho quién y qué eres, Yui?- le preguntó con tono brusco –Pensé que era tu deber informarle de esto a Ruchia, ya que ella es la más indicada para saberlo, pero veo que no lo has hecho, la verdad es que me has decepcionado, ahora tendré que decírselo yo mismo, ya que tú no has sido capaz-.
Yui lo miró con tristeza y culpabilidad y suspiró.
-No hace falta Naite, yo misma se lo diré, pero te advierto que no era mi intención desobedecer a la luz- dijo Yui.
Se giró y me miró a los ojos. Sabía que no le gustaría decírmelo, pero yo quería saberlo, así que no la detuve.
-Soy tu hatten, un ser, creado por tus deseos, sueños, y recuerdos más felices- Yui se detuvo por un momento avergonzada, pero continuó –soy un ser de la luz, esto significa que he sido creada por la luz de tu interior, ya que no albergas oscuridad en tu interior, tu eres un ser distinto a todos los que habitamos los 3 mundos.-
De repente, la detuve pensativa, sin saber muy bien lo que me explicaba, y le pregunté mis dudas –yo no albergo ninguna oscuridad, pero los demás humanos si, así que se crean dos seres…- 
-Exacto- respondió Yui en el acto – pero debido a estos dos seres creados de un solo cuerpo, se crearon los dos mundos que hoy en día conocemos como Lumox y Osten, los reinos de la luz y la oscuridad, gobernados por la soberana luz y un demonio de las tinieblas. Lo que estoy intentando explicarte, es que los seres que habitan los dos mundos, son seres creados por humanos (los hatten), humanos, hanyou y puros.-
-Empiezo a comprender un poco mejor- dije aliviada por la gran explicación de Yui.
-Pero, cuando estos reinos y seres empezaron a convivir y a desarrollarse, hubo guerras en contra de esto. Uno de los primero en manifestarse fue un humano que vivía con los puros en el reino de la oscuridad, y debido a esto, no han cesado las batallas.
Los puros y los humanos que habitan aquí, desprecian a los hanyou, como tu.-
-Pero, ¿por qué?- pregunté con mucha más intriga de la que tenía antes.
-Los hanyou, son seres nacidos de un humano/a y un puro/a. Esa mezcla de sangres, era la que no soportaban algunos puros y humanos. Cuando tus padres aún vivían, quedaban cuatro parejas de la raza hanyou, y cuando murieron, se creyó que no quedaba nadie más de tu raza.
Los puros y los humanos, temían a los poderes sobrenaturales de los hanyou, ya que conseguían hacer cosas extraordinarias.
Y cuando se creía que los tres mundos quedarían destruidos, nací yo.
Los humanos y los puros que habitaban en Lumox decían que tenía una belleza y pureza increíbles. Me adiestraron con el propósito de traer a la última guerrera hanyou existente. Y por eso estamos hoy aquí.-
Me quedé asombrada de lo que acababa de oír. Después, me giré, y le dirigí la mirada a Naite, que seguía con el rostro serio pero alegre al mismo tiempo.
-¿Vendrás con nosotros?- le pregunté.
-Ya os he dicho que me han ordenado acompañaros-. Dijo Naite con una sonrisa burlona en su rostro. Y cuando me miró, sentí algo que daba confianza en él.

domingo, 8 de mayo de 2011

Capitulo 4: La oscuridad del viaje

Habían pasado tres días desde que empezamos el viaje al reino de Luminox, pero no encontramos ninguna criatura desagradable, aunque sí que nos topamos, con algún que otro ramlog (en la tierra se le conoce como esclavo de un mercader), pero no nos hicieron daño.
Al quinto día, llegamos a una especie de línea invisible, pude comprobar, que al otro lado, había mucha oscuridad y frío.
-Note acerques- dijo Yui, -al otro lado está el reino de la oscuridad, pero solo se les permite pasar a los seres infelices, desgraciados o que quieren entregar su vida a los seres que habitan allí-.
La sangre me heló todo el cuerpo en un segundo con tan solo pensarlo.
Proseguimos nuestro viaje alrededor de la línea, cada día, veíamos mas cosas horribles que sucedían en el mundo de la oscuridad. Un día, nos topamos con un humano masacrado por su familia y desterrado de su casa, se le veía muy cansado y angustiado. La verdad es que no me gustaba verlo, pero no podía hacer otra cosa. A lo que me refiero es a la matanza, veíamos como despedazaban y mutilaban a aquellos pobres hombres.
-Pobres humanos, no saben dónde se meten- pensaba yo con tristeza.
A los veinte días, nos paramos a descansar en medio de la nada.
Parecía que nunca terminaríamos nuestro viaje. Lo que menos me gustaba era la sensación del no sentir nada en mi cuerpo excepto cansancio y hambre, pero lo agradecía en ciertas ocasiones cuando me caía y no sentía el dolor en piernas o brazos.
                                                                 
Pasaron los meses, y más meses, y habíamos recorrido como Estados Unidos entero pero en la oscuridad. De repente, Yui se giró y me miró, luego me dijo:-Hasta aquí he podido acompañarte, pero ahora deberás enfrentare al nuevo mundo que te aguarda-. Se quedó callada por un momento, y le dije-¿A dónde vas, porqué me vas a dejar sola ahora?- Yui no me respondió inmediatamente, aunque yo sabía que no lo haría, ella siempre era cálida y tranquila sin miedo ni alegría a la vez, eso siempre me llamaba la atención de ella, y me moría de ganas por saber que escondía en sus recuerdos que tanto la atormentaba.
-Vas a ir sin mí. Yo no puedo cruzar el reino de la luz, ya que yo soy un ser distinto, además sólo te esperan a ti, y no podré soportar la masacre que hay en mi…- Yui paró por un momento la conversación, y miró fijamente a la oscuridad que nos rodeaba, alguien nos había seguido desde que nos encontramos con la línea de ambos mundos, eso lo sabíamos de sobra, pero por un momento, se reflejó en el rostro de Yui una pequeña sonrisa de satisfacción, pero fue tan rápida, que pensé que solo había sido un sueño.
¿Acaso la persona que nos seguía quería luchar con nosotros o ayudarnos?

lunes, 25 de abril de 2011

Especial del dia del libro: El último ángel

“La paz, el amor, la amistad… son las cosas más importantes en este mundo lleno de amargura y dolor. Por eso has sido enviada para protegerlas…”
Abrí los ojos y pude contemplar un cielo azul y hierba fresca y verde.
No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente en aquél lugar.
No me di mucha prisa en incorporarme. Me levanté despacio, y noté un terrible dolor en el pecho.
Mi ropa estaba cubierta de sangre, y estaba sentada en un charco de sangre, sin embargo, parecía que había pasado mucho tiempo desde que perdí el conocimiento.
Estaba rodeada de plantas y arbustos, también de tierra y algunos insectos.
Me levanté despacio por la gravedad de mis heridas. Sacudí el polvo de mi ropa desgastada y desgarrada.
No tardé mucho en darme cuenta de que llevaba ahí 100 años dormitando, sin darme cuenta de que la vida iba pasando rápidamente.
Comencé a caminar, adentrándome aún más en un bosque oscuro y tenebroso.
Cuando salí de él, la luz del sol me cegó los ojos por unos instantes, y cuando me acostumbré a sus rayos, penetrantes y resplandecientes, pude contemplar a lo lejos un profundo océano de aguas cristalinas y arena fina.
Continué caminando alrededor de la playa.
Las olas que chocaban contra las rocas, producían un sonido, un susurro, una lengua extraña que solo yo podía comprender.
Miré hacia el horizonte, sin saber qué rumbo iba a seguir.
Hundida en mis pensamientos decidí continuar hasta la aldea más próxima, y curarme de mis heridas allí.
Cuando la noche se adueñó de la playa, no encontré ninguna aldea. Me parecía extraño no encontrar una a estas horas, ya que había caminado mucho.
Agotada, me conformé con un enorme árbol que se situaba detrás de mí, y me acurruqué, hasta que caí en un sueño profundo, que me hizo recordar los sucesos que sucedieron cuando quedé inconsciente.
“Un espíritu maligno intentaba despedazarme con su espada. Reconozco que era un rival bastante difícil de matar. Desenvainé mi espada y repetí estas palabras: ¡YOJURA MUMORU!...”

domingo, 24 de abril de 2011

Capitulo 3:El comienzo del viaje

Habían pasado 2 semanas desde que Yui me dijo los secretos que guardaba mi familia. Así era. Mis padres, formaban parte de un escuadrón de guerreros hanyous, que en mi idioma significaba guerrero de la luz.
Yui me contó además que este escuadrón, lucho hace mucho tiempo contra un hombre llamado Rasek. Él era el guardián de la puerta que conectaba con el mundo de la luz, la oscuridad y la Tierra, pero fue engañado por demonio, perdiendo el control sobre sí mismo y causando muerte y sufrimiento a ambos mundos de la luz y la oscuridad, sin embargo no pudo cruzar a la Tierra. Cuando intentó cruzar, el escuadrón de los guerreros hanyous intentaron detenerle, Rasek casi cruzó el umbral, pero mis padres, los dos sobrevivientes de la batalla, lucharon contra él hasta perder la vida; ellos sabían que no saldrían con vida, así que antes de partir, sellaron mis poderes y el rastro de cualquier indicio que le hubiera hecho creer a Rasek que yo existía.
Mis poderes alcanzan una fuerza más grande que el mismo Rasek, él mismo lo sabía, 3 años después de la muerte de mis padres apareció Yui, una extraña criatura con la única misión de adiestrarme y protegerme.
                                                                                Descripción: C:\Users\Lucia\Downloads\images (9).jpg
Yui llevaba un buen rato esperándome en la dimensión Nash Bull (era como una especie de sala de entrenamientos que no tenía fin), la verdad es que me daba mucho llullu entrar a ese lugar, podían aparecer todo tipo de seres, desde sirenas hasta los más feroces dragones, claro que dependía del grado en el que estabas.
Todos los días por la tarde iba a entrenar, pero siempre llegaba tarde.
Yui no podía esperar más y se tele transportó hasta mi habitación.
-¡¡AHHHH!!- grité asustada.
-¡VENGA RUCHIA, HOY TIENES EL EXAMEN FINAL Y VAS A CRUZAR LA PUERTA DORADA QUIERAS O NO!- dijo Yui llena de rabia.
Ella sabía que no me gustaba nada esa puerta, pero hoy tenía el examen y debíamos viajar más allá de la dimensión Nash Bull, debíamos ir al reino de la luz, al Luminox.
Sí, por primera vez vería con mis propios ojos el reino del que provenía Yui.

domingo, 17 de abril de 2011

Capitulo 2: Secretos del pasado

A la mañana siguiente, un rayo de sol traspasó la ventana, reflejándose en mi rostro.
-¿Habrá sido un sueño?- pensé.
Me levanté con desgana de la cama, reflexionando. Me lavé la cara, molesta por lo fría que estaba el agua, saqué del armario mi uniforma, sin muchas ganas de ponérmelo. No tenía ganas de irme de allí, pero sabía que no podía quedarme sin hacer nada, tenía que averiguar que estaba pasando.
Bajé las escaleras en dirección a la cocina y me preparé un desayuno.
-Parece mentira que antes está casa calentase a los que vivían en ella en invierno. El agua y la comida tampoco escaseaban, pero esos buenos tiempos han terminado- le dije a la taza que tenía en frente. Hacía ya tiempo que le hablaba a las cosas, ya que vivía sola.
Cuando terminé de desayunar, cogí mi abrigo y un euro de una vieja caja de porcelana, y salía la oscura y silenciosa calle.
En invierno, a las 8:00 de la mañana, siempre estaba oscura. El frío hacía que fuera sombría, cubierta por la niebla.
Nunca me acerqué al final de esa profunda calle, algunas veces sentía curiosidad por averiguar que había al otro lado de la niebla.
Esa mañana, sentí una curiosidad que sobrepasaba mis límites, así que me adentré entre la niebla. M e daba escalofríos aquella oscuridad, pero seguí avanzando. Me detuve un momento a pensar en lo que estaba haciendo, y en el miedo que sentía en aquél lugar. Había un aura distinta.
Jugueteé con el vapor que producía mi respiración por el frío, y seguí avanzando. De repente, finalmente acabé enfrente de una vieja pared, llena de moho y suciedad, aunque lo que más me sorprendió fue la sangre que había en el suelo. Sentí que se me helaba la sangre y tragué saliva.
En medio de la pared, había una extraña puerta de madera color dorada. En ella había escritos unos dibujos, que debí suponer que eran palabras en otro idioma. Aunque la madrea estuviera malgastada por los años, el pomo permanecía intacto, como si alguien lo usase diariamente. Alargué mi brazo para abrirla, pero por un segundo dudé y salí corriendo.
-Que estupidez- pensé.
Llegué hasta la parada del autobús, saqué el euro que tenía en el bolsillo, se lo entregué al conductor casi sin aliento.
Cuando llegué al colegio, de entre la niebla apareció Yui.
Se me acercó y me dijo: -Hola, ¿cómo te encuentras esta mañana?
-No ha sido un sueño- me dije a mi misma.
-As intentado abrir la puerta ¿verdad?- me dijo Yui.
Me quedé de piedra: - ¿cómo lo habrá sabido?- pensé.
-Pero aún no estas preparada, así que no te acerques. No te gustará lo que hay tras esa puerta, pero cuando finalmente estés reparada, tendrás que pasar y enfrentarte a los peligros que aguarda tras ella.-
No comprendí nada de lo que dijo, y le pregunté inquieta: -No entiendo nada Yui, explícame que está pasando por favor-
Ella no respondió y se alejó corriendo.
Estuve toda la tarde pensando en la puerta dorada y en las palabra de Yui: “Aún no estas preparada, pero cuando lo estés, tendrás que en enfrentarte a los peligros que hay tras ella.”
Las horas fueron pasando, y llegó el momento de regresar a casa después de un duro día de estudios, sin embargo, sentía curiosidad por saber quién era Yui, así que me acerqué a mi compañeros y les pregunté si sabían quién era. Me decepcionaron mucho sus respuestas: “No sé de quién me hablas, no conozco a ninguna Yui, puede que te la hayas imaginado.”
Al salir me dirigí hacia la puerta. Yui me esperaba impaciente, con el  ceño fruncido.
-¿Dónde estabas?- me preguntó.
No le respondí, estaba pensando en otras cosas más importantes, y como si no hubiera oído su pregunta le dije: -¿Quién eres? ¿Por qué me atormentas con cosas que no tienen sentido?- l volví a preguntar por si no había oído bien mi pregunta: -¿Quién eres?-
Yui me miró con tristeza, aunque parecía tranquila y serena, luego me dijo: -Yo soy Yui Necha, protectora de la guerrera hanyou, y estoy en la Tierra para adiestrarla y que algún día pueda pasar al rango que le corresponde en el reino Lumox, en el imperio de la luz.-
-Y, ¿quién soy yo?- le pregunté.
Yui me dirigió una sonrisa burlona y me dijo: -Tú, eres Ruchia Luminox, guerrera hanyou del reino Lumox, nacida en la línea que conecta nuestro mundo con el otro.-
Yo no podía creerme lo que me estaba diciendo. Estaba asustada de tan solo pensar que era cierto lo que Yui decía.
Yui dijo, que eran recuerdos del pasado.

sábado, 16 de abril de 2011

Capítulo 1: Yui

“Afuera hacía frío, y parecía que era el día más indicado para morir así que me puse a pensar, antes de recibir el último ataque de mi contrincante…”
-Hola, me llamo Ruchia- dije al llegar a mi nueva clase.
La verdad es que nadie parecía hacerme mucho caso, pero no perdía nada presentándome.
Estuve toda la tarde intentando hablar con alguien, pro nada, parecía que no era un buen día.
Cuando terminó el colegio, subí una pequeña cuesta que daba a una parada de autobús. Cuando llegué, me encontré un extraño objeto que brillaba en el suelo, así que me agaché a recogerlo, pero de repente, oí la voz de una chica gritarme y decirme-¡¡¡NOOOO!!! No lo cojas, por favor.-
Era alta, de pelo largo y rubio, amarrado con dos coletas que casi tocaban el suelo, unos ojos enormes y azules, y de piel muy blanca, al contario que yo, que era de estatura media, morena de pelo largo y ojos negros, no me parecía una persona normal, supuse que viviría sola, como yo.
Miró el extraño objeto que iba recoger, y me lo quitó de las manos. Luego dijo- Perdona que te haya tratado así, es que este talismán es lo único que tengo de mis padres. Me llamo Yui, que en japonés quiere decir “lazo”. ¿Y cómo te llamas tú?- yo no sabía si decírselo o no, puesto que era una extraña para mí, así que hubo un rato de silencio, mirándonos una a la otra.
-Ruchia- dije por fín-me llamo Ruchia-
Yui me sonrió, y me dijo- Muy bien, Ruchia, dime ¿vas al instituto de ahí abajo verdad?-
-Sí- respondí.
Cuando llegó el autobús, Yui me acompañó hasta mi casa. Estuvimos todo el viaje hablando.
Llegamos hasta la entrada de mi casa, y nos despedimos, pero antes de que entrara, Yui se dio la vuelta, y me dijo: - Buena suerte guerrera hanyou- y se marchó.
Me sorprendió mucho lo que me había llamado, “guerrera hanyou”.
-¿Qué significaría?- pensé.

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